domingo, marzo 20, 2011

Predicadores a 150 decibeles.


Les contare una experiencia vivida esta tarde, de seguro ustedes alguna vez lo vivieron en carne propia.
Ocurre que desde hace varios meses me mudé a vivir en un lugar campestre, mi esposa y yo nos agrada el lugar, dado que es tranquilo, limpio, aire puro, donde todo es paz; ademas que nuestra casa no esta pareada y los vecinos hacen su vida con total tranquilidad.
Pareciera que el lugar que les narro es el paraíso, bueno lo es; salvo por lo ocurrido esta tarde: cerca de mi casa se estacionaron 2 automóviles que al ver a simple vista no pasan de mas de 2 años de antigüedad, los cuales abren sus puertas, y de ellos salen unos hombres bien vestidos, los cuales conectan un equipo amplificador a la batería de uno de los vehículos... ¡¡¡Y SE PONEN A PREDICAR EL EVANGELIO COMO SI QUISIERAN QUE EL HEMISFERIO OCCIDENTAL DEL MUNDO LOS ESCUCHARA!!!
Honestamente, no tengo nada en contra de ninguna religión; pero en esta ocasión exageraron su procedimiento: no somos más de 10 familias que vivimos en el lugar, en ningún momento oí palabras de amor al prójimo, citas bíblicas relativas a la existencia de una vida eterna, salvación de las almas o semejante, o por último invitándonos a visitar su iglesia; sino que su discurso cargado de critica social y pérdida de valores serían más valoradas por alguna fundación, ONG's, partido político o autor de un blog. Y si a eso agregamos una voz y actitud poco "cristiana", hizo que mi esposa abandonara raudamente la ducha, se vistiera lo más rápido que pudo y juntos decidimos arrancar de dicha estridencia infernal.
Si hay algo que valoro de los católicos, testigos de jehová o "mormones" es su toma de conciencia a la hora de hacer proselitismo religioso. ¿Habrá alguna persona que al pasar por la calle se haya sentido conmovida al oír gritar a un predicador? Tengo entendido que esa no es la mejor manera de ganar fieles. Muchas iglesias crecen gracias a las gentiles invitaciones que hacen sus seguidores a amigos y cercanos, o golpeando puertas casa por casa.
Señores predicadores: recuerden muy bien la parábola del sembrador, ustedes están sembrando en tierra dura... la mejor tierra es sembrar con amor, paciencia y mansedumbre; asi que dejen de pararse en las esquinas o en la plaza a gritar y acérquense a charlar con las personas. Así nos dejan vivir en paz, en especial en los únicos días que disponemos de un reponedor descanso, y ustedes podrán tener sus fieles.

Hasta una nueva edición.

2 comentarios:

Linkin Boss dijo...

uf... muy cierto todo eso, no hay nada que me enferme más que cuando se ponen a gritar con altavoces... especialmente en la plaza de armas, cuando trato de disfrutar una tarde tranquila con una taza de café, es realmente disgustante

samurai-kyoto dijo...

Ups!
Fue desesperante... todos los días veo como el mundo se está desmoronando moralmente y por ello me preocupa mucho que mi hij@ vaya a nacer dentro de poco bajo estas circunstancias... bueno, cuando quiero olvidarme por un rato de eso viene ese predicador que en vez de la paz y el consuelo que presta el evangelio de cristo a todos los que creemos en el, solo predica caos, destruccion y principalmente RUIDO.