Hoy dejaré de lado el discurso político, quizás ya están aburridos de leer mis reclamos a través de este medio. Por tanto haré un paréntesis y hablare de un tema personal:
Por razones laborales me fuí a Arauco a vivir por 4 años. Ahí forme un hogar, tenia un trabajo estable en un colegio particular subvencionado con buenos resultados académicos. Esto, hasta que llegó el año 2011. Había comenzado todo bien, con un contrato indefinido y la feliz noticia de que seré padre por vez primera.
Bueno, seré breve: en septiembre nació mi hijo... y 2 meses mas tarde, el colegio donde trabajaba me notificó de despido "por necesidades de la empresa". Recibida la notificación, cumplí con mi labor hasta el ultimo día, hice todos los tramites legales, y de ahí nunca más volví a dicho lugar de trabajo.
De este hecho ya han transcurrido 2 años, y escribo estas líneas por un lado para dar a conocer mis argumentos para nunca volver a mi antiguo lugar de trabajo; y por otro lado expresar mi tristeza por la situación que muchos padres han experimentado mas de alguna ocasión, cuando la felicidad de ser padres se ve empañada por la perdida del empleo. No existe ley alguna en donde un padre reciba una suerte de fuero laboral tal como la tienen las mujeres, ni creo que a los empleadores y legisladores les importe. Un hijo tiene necesidades, y los padres necesitan del trabajo para satisfacer estas nuevas necesidades. Ojalá esta situación cambie en el futuro.
HASTA UNA NUEVA EDICIÓN.