domingo, diciembre 15, 2013

UNA FARSA LLAMADA FIESTA DE LA DEMOCRACIA.

¿Les resulta curioso que el mes pasado no haya dedicado una sola frase al proceso electoral que se llevo a cabo en Chile para la elección presidencial? Fue intencional: En ese día no se logró definir al gobernante por los próximos 4 años.
Hoy se llevó a cabo la segunda vuelta, y esperaba a que se hubiera aprendido algo de la lección que el electorado había advertido en torno a los errores y omisiones que los comandos y partidos políticos que tuvieron las opciones de ganar la elección cometieron y que generaron uno de los resultados más bajos de participación ciudadana en el mes de noviembre.
Pero no aprendieron nada.
Mientras estoy escribiendo estas líneas, el sector político creado artificialmente denominado Nueva Mayoría está celebrando. Bien por ellos, dado que su candidata ganó con cerca de un 60% de los votos de adhesión, una cifra que históricamente es muy alta. Pero esa cifra es una mentira.
En estas elecciones la abstención fue una de las más altas, cercanas al 60%, y es producto de un gran descontento hacia la clase política, que vela por sus intereses personales en perjuicio de sus representados, lo cual ha hecho que la ciudadanía odie la política y se niegue a participar.
Al sistema electoral de nuestro país, y la forma como se lleva a cabo la política en Chile, solo lo podemos comparar con el juego del "pepito paga doble", un juego de manos que con trucos y trampas hacen perder al ingenuo y ganar al inescrupuloso. Así están diseñadas las leyes que impiden hacer cambios político-sociales, laborales, reformas constitucionales y una distribución equitativa de los recursos que Chile produce.
Hoy la prensa y los medios se encargaran de destacar el alto porcentaje de votos de Bachelet, pero el 60% de abstención no debe de olvidarse. En estricto rigor, su triunfo es de solamente un 24%. Si no se mira el vaso medio vacío, el futuro del país no sera el paraíso que prometieron.
HASTA UNA NUEVA EDICIÓN


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