Le voy a contar una historia a modo de introducción: Corría el año 1879, en plena campaña marítima, se embarca como parte de la tripulación del monitor Huascar, un corresponsal de guerra llamado Antonio Cucalón. Su tarea era informar a los medios peruanos acerca del desarrollo de las acciones marítimas en la guerra del Pacífico. Sin embargo, este hombre por carecer de disciplina militar, no obedeció una orden por parte de la oficialidad de mantenerse bajo cubierta, y mientras el Huascar era perseguido por el blindado Chileno Blanco Encalada, durante la maniobra de huida este periodista cae al mar, pereciendo ahogado. Quizás fue el entusiasmo de éste reportero de querer observar los hechos en primera persona, imbuido por el patriotismo y su devoción por su trabajo lo que llevo a que cometiera actos tan imprudentes que finalmente le costaron la vida y privar así de las primicias a sus lectores.
La labor periodística es admirable, personalmente a mi me gusta cuando se trata de informar los hechos que son de interés publico con objetividad y tino. Sin embargo, en los trágicos hechos que nos han afectado como país en estas últimas semanas, el afán de buscar ser los primeros en recoger las notas y exhibirlas públicamente cual sábana de noche de bodas, han llevado a estos profesionales a cometer toda clase de imprudencias que no solo generan rechazo entre los informados, sino ademas han expuesto en no contadas ocasiones sus propias vidas, estorbando la labor de quienes si ponen sus manos y su esfuerzo en acabar con la catástrofe y sus efectos.
Los afectados solo quieren consuelo, es triste observar cómo años de esfuerzo invertidos en sus hogares en cosa de minutos se pierden; informarse que muchos de sus seres queridos han fallecido de forma trágica, y tanto dolor que les aturde los desorienta sin saber donde cobijarse la próxima noche, a donde acudir para comer, vistiendo la misma ropa por varios días la cual se va desgastando, hurgando entre los escombros a ver si pueden recuperar aunque sea un recuerdo de entre lo perdido. Todo lo acá mencionado, ¿ayuda a la gente que lo ve en todos los canales de televisión durante todo el día, repitiendo los mismos conceptos, haciéndose las mismas preguntas, mostrando las mismas imágenes hasta provocar fastidio? Se reconoce cuando un medio tiene la misión de informar, pero desgraciadamente no se percibe una labor de ayuda solidaria: Quizás los televidentes agradecerán mucho mas el enterarse que sus seres queridos que habitan en las zonas afectadas se encuentran bien y que se encuentran albergados en algún colegio o gimnasio. ESO ES AYUDA SOCIAL; LO DEMAS ES MORBO.
Espero a que los editores y la prensa en el futuro trabajen al servicio de las personas en desgracia en vez de enfocarse en el rating, exponiendo la seguridad de su propio personal en terreno. No creo que haya empresas sin corazón que querrán auspiciar el llanto de un niño que haya perdido a sus padres.
Hasta una nueva edición.
La labor periodística es admirable, personalmente a mi me gusta cuando se trata de informar los hechos que son de interés publico con objetividad y tino. Sin embargo, en los trágicos hechos que nos han afectado como país en estas últimas semanas, el afán de buscar ser los primeros en recoger las notas y exhibirlas públicamente cual sábana de noche de bodas, han llevado a estos profesionales a cometer toda clase de imprudencias que no solo generan rechazo entre los informados, sino ademas han expuesto en no contadas ocasiones sus propias vidas, estorbando la labor de quienes si ponen sus manos y su esfuerzo en acabar con la catástrofe y sus efectos.
Los afectados solo quieren consuelo, es triste observar cómo años de esfuerzo invertidos en sus hogares en cosa de minutos se pierden; informarse que muchos de sus seres queridos han fallecido de forma trágica, y tanto dolor que les aturde los desorienta sin saber donde cobijarse la próxima noche, a donde acudir para comer, vistiendo la misma ropa por varios días la cual se va desgastando, hurgando entre los escombros a ver si pueden recuperar aunque sea un recuerdo de entre lo perdido. Todo lo acá mencionado, ¿ayuda a la gente que lo ve en todos los canales de televisión durante todo el día, repitiendo los mismos conceptos, haciéndose las mismas preguntas, mostrando las mismas imágenes hasta provocar fastidio? Se reconoce cuando un medio tiene la misión de informar, pero desgraciadamente no se percibe una labor de ayuda solidaria: Quizás los televidentes agradecerán mucho mas el enterarse que sus seres queridos que habitan en las zonas afectadas se encuentran bien y que se encuentran albergados en algún colegio o gimnasio. ESO ES AYUDA SOCIAL; LO DEMAS ES MORBO.
Espero a que los editores y la prensa en el futuro trabajen al servicio de las personas en desgracia en vez de enfocarse en el rating, exponiendo la seguridad de su propio personal en terreno. No creo que haya empresas sin corazón que querrán auspiciar el llanto de un niño que haya perdido a sus padres.
Hasta una nueva edición.