Hagamos un ejercicio: ¿Sabe cuantos candidatos a diputados, senadores y consejeros regionales postulan por su ciudad?. Lo mas probable es que lo desconozca, es mas: con un poco de fortuna y dolor de cabeza podría mencionar al menos un par de nombre de dichos candidatos. No lo culpo, porque tampoco yo (que trato de estar al tanto de estas cosas) tengo la mas mínima idea del numero de candidatos, sus nombres, partidos políticos, listas de partidos ni programas políticos.
Nos responsabilizan a nosotros por no informarnos de dichos temas, y lo traducen a desinterés por la política. En cierto modo tienen un poco de razón. Y digo UN POCO -con mayúsculas- porque también nosotros no exigimos que se nos informe. Como ciudadanos responsables estamos al debe, y permitimos en consecuencia que se sigan eligiendo a los mismos representantes en sus mismos cargos, los cuales desde hace ya varios períodos atrás que dejaron de cumplir la función de representarnos.
Ya nos hemos pegado en el pecho lo suficiente. Nosotros somos los responsables de no informarnos, pero... ¿Quien nos informa? ¿Quien tiene por tarea dar a conocer a las diversas candidaturas, sus programas, sus proyectos y los sólidos fundamentos que nos presentan para que podamos entregar nuestra confianza? Se supone y es evidente que es la prensa quien cumple dicha tarea. Y efectivamente la cumple A MEDIAS: Si el candidato es uno de los favoritos en las encuestas y tiene los recursos para figurar cada media hora en las radioemisoras, de tapizar la ciudad con su imagen, de repartir recursos para financiar actividades recreativas y deportivas en cada barrio, de ofrecer ayuda dental y oftalmologica a las abuelitas, y si a eso agregamos su militancia en los partidos que se encuentran representados en el congreso; esos candidatos tendrán mayor figuración en los noticiarios, serán invitados a cuanto programa televisivo aparezca en el satélite, su rostro estará en las portada de los diarios y tendrá un periodista de cada medio siguiendo sus pasos. por el contrario, si el candidato no cuenta con este aparataje que acabo de mencionar anteriormente, usted solo conocerá su nombre a la hora de marcar la cruz.
A mi me enseñaron que en el ejercicio de la democracia cualquiera puede tener la oportunidad de asumir cargos públicos en un sistema transparente, libre, competitiva y abierta. Con pena vemos que no es así, y el circulo vicioso se mantendrá gracias a nuestra ignorancia, el dinero, la desinformación y la corrupción.
HASTA UNA NUEVA EDICION
domingo, octubre 13, 2013
miércoles, octubre 02, 2013
LOS NARCISOS DE LA POLITICA CHILENA
Mientras viajaba en dirección a mi trabajo esta mañana, se me vino a la mente un viejo recuerdo de la infancia: un personaje de un sketch humorístico del programa misceláneo Sabados Gigantes llamado Narciso interpretado por Jorge Cruz. Un "cantante" de smoking y jopo que trabajaba en un restaurante en donde se vivían diversas situaciones graciosas. El tipo que admiraba a Frank Sinatra era el numero estelar del restaurante, y tuvo un aclamado éxito gracias al cariño que el público del Festival de Viña le brindó al regalarle la antorcha y la gaviota por su rutina. Desde entonces se volvió petulante y cada vez que aparecía en TV enrostraba a sus compañeros de sketch que se había ganado la antorcha. Aun así, el personaje caía simpático a la gente, a pesar de ser en el fondo un verdadero chanta. Personalmente no lo soportaba.
Este personaje salió grabada a mi mente debido a la reacción de muchos militantes y partidarios de la candidatura de la Nueva Mayoría, incluso me atrevo a decir de muchos candidatos al parlamento de dicho conglomerado, que se dan por ganadores absolutos de las elecciones del 17 de noviembre en Chile. Entre sus numerosas razones que esgrimen asegurando su indiscutible triunfo está un argumento que presagiaba iban a usar en contra de sus adversarios políticos: los millones de chilenos que participaron activamente en las primarias. Podrían citar muchas razones mucho más poderosas para convencer a la ciudadanía que su opción es la mejor para gobernar el país, pero todas estas desaparecen bajo los 2 motivos banales que esgrimen para llegar al poder: "Hay que derrotar a la alianza" pero con las mismas caras que ensucian a la política de los últimos 20 años; "y contamos con el respaldo de millones de chilenos que votaron en las primarias" olvidando que existe una cantidad mucho mayor de chilenos -entre los cuales me incluyo- que no se prestaron para este juego.
Hoy podrán gozar del apoyo popular, con poderosa razón se sentirán triunfadores y los tendremos hablando de ellos y de su aparición mediática -y quizás de su programa de gobierno- orientada a ayudar a la población que sufre disfonía crónica de tanto gritar en vano las verdaderas necesidades de los chilenos. Sin embargo el tiempo no perdona, y al igual que el Narciso del cual hablamos en principio, su éxito momentáneo que esperan obtener en Noviembre quede sumergida en el olvido de la infamia.
HASTA UNA NUEVA EDICION.
Este personaje salió grabada a mi mente debido a la reacción de muchos militantes y partidarios de la candidatura de la Nueva Mayoría, incluso me atrevo a decir de muchos candidatos al parlamento de dicho conglomerado, que se dan por ganadores absolutos de las elecciones del 17 de noviembre en Chile. Entre sus numerosas razones que esgrimen asegurando su indiscutible triunfo está un argumento que presagiaba iban a usar en contra de sus adversarios políticos: los millones de chilenos que participaron activamente en las primarias. Podrían citar muchas razones mucho más poderosas para convencer a la ciudadanía que su opción es la mejor para gobernar el país, pero todas estas desaparecen bajo los 2 motivos banales que esgrimen para llegar al poder: "Hay que derrotar a la alianza" pero con las mismas caras que ensucian a la política de los últimos 20 años; "y contamos con el respaldo de millones de chilenos que votaron en las primarias" olvidando que existe una cantidad mucho mayor de chilenos -entre los cuales me incluyo- que no se prestaron para este juego.
Hoy podrán gozar del apoyo popular, con poderosa razón se sentirán triunfadores y los tendremos hablando de ellos y de su aparición mediática -y quizás de su programa de gobierno- orientada a ayudar a la población que sufre disfonía crónica de tanto gritar en vano las verdaderas necesidades de los chilenos. Sin embargo el tiempo no perdona, y al igual que el Narciso del cual hablamos en principio, su éxito momentáneo que esperan obtener en Noviembre quede sumergida en el olvido de la infamia.
HASTA UNA NUEVA EDICION.
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