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Mi amable lector recordará que en tiempos en que asistíamos a las aulas nuestros profesores se preocupaban de que nosotros pudiéramos estar preparados para salir al mundo tanto en conocimientos como en valores como el respeto por los demás y por uno mismo, cuidado personal, disciplina, superación personal; las exigencias eran altas y las sanciones rigurosas si no cumplíamos con los requerimientos solicitados. En dicha época los profesores tenían y dejaban sentir su autoridad y los padres respaldaban su labor y se preocupaban por el rendimiento del alumno.
Pero hoy en día todo ha cambiado: el profesor ha perdido autoridad y respeto por parte de los apoderados y alumnos. Estos últimos van como quieren al colegio, desafiando toda regla de convivencia y disciplina, no cumplen con su obligaciones académicas (pero tampoco se les puede calificar negativamente porque se dice que hoy en día no se puede calificar conductas reprobables). Si al alumno le va mal, es culpa del profesor porque "no sabe enseñar", aunque el alumno en clases se ponga a conversar con sus compañeros, haga dibujos en sus cuadernos, escuche música a través de su celular o mande mensajes escritos; nada de prestar atención ni de adquirir conocimientos: "si me va mal en la prueba, el profesor va a tener que hacer un trabajo para que me mejore la nota". Y si se trata de hacer tareas, la solución la brinda google junto con los botones "ctrl c" y ctrl v". ni hablar de leer o modificar el trabajo, "lo que importa es la nota".
A pesar que el profesor se esfuerza y destina tiempo que le quita a su entorno familiar para preparar clases, evaluaciones y materiales para su trabajo, los alumnos no lo valoran, incluso en ocasiones extremas llegan a grabar de manera intencional momentos en los cuales sacan de sus casillas al docente para ridiculizarlo en internet. ¿Y los apoderados? en muchas ocasiones no asisten ni siquiera a las reuniones, muchas veces no se presentan a las citaciones debido a que se "encuentran trabajando". Lo penoso ocurre que ponen el grito en el cielo en los últimos meses del año cuando se les notifica que su retoño va a reprobar, olvidando las innumerables veces que se les llamó para informarle de la situación academica del alumno, generando en los casos extremos discusiones y agresiones en contra de una persona preparada para instruir conocimientos y apoyar en el proceso educativo del niño. Padres: ustedes también tienen responsabilidad de enseñar a sus hijos, los profesores no están para criarlos, y por favor: no hagan escándalos si el niño es obligado a cortarse ese ridículo peinado emo o el colegio le aplica una suspensión, el colegio pone reglas no por capricho o arbitrariedades, sino por el bien de un ser humano en formación.
Hoy los niños y jóvenes tienen licencia para hacer lo que se le da la gana, con el peligro evidente de que el futuro no será color de rosa como lo ven hoy en día. Van a ser adultos, deberán ser autónomos y autosuficientes, los papis no les van a comprar lo que se les antojan, (en casos extremos serán ustedes quienes les tendrán que llevar flores en su memorial); y el mundo laboral es tan duro que la vida escolar bien llevada, cumpliendo con sus derechos y obligaciones, les ayudará a enfrentar los rigores de la vida diaria.
Hasta una nueva edición.
1 comentario:
Excelente articulo, no comparto la experiencia de una profesión como lo es la educación; Pero es solo ver las noticias e incluso solo fijarse un momento en la realidad de hoy para evidenciar lo irreverente de los niños y adolescentes. No digo que todos lo sean, solo apelo a que la idiosincrasia de la sociedad ha cambiado, quizás yo no este muy lejana en años a lo que es la edad escolar.
Pero aún así considero que había un mayor respeto al papel que desempeñaba el profesor, y en sí al concepto mismo de lo que es la educación, del peso misma de esta en un futuro.
Yo misma es escuchado de parientes o amigos menores, "no si quiero salir luego del liceo, trabajar o sacar una carrera técnica corta y trabajar" situación que deja bastante que desear sobre el ideal de futuro que pretenden. De no superar su situación, o aspirar a mas. Solo, aplicando la ley del mínimo esfuerzo.
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