Nuestro país ha mostrado tener un sinnúmero de problemas sociales, económicos, culturales, entre otros; que afectan sin lugar a dudas a gran parte de la población. Nuestros representantes están, aparentemente, conscientes de estos problemas cuando nos vienen a visitar, cámaras en mano, para "escuchar a la gente". Será que no somos jodidamente insistentes o que no sabemos organizarnos para plantear de manera permanente nuestros problemas, pero las solicitudes, peticiones, planteamientos y otros temas de interés general, ayudan a acumular polvo en algún estante olvidado por ahí.
No obstante, hay grupos minoritarios que cuentan con muchos mecanismos, y a punta de codazos y empujones han pasado por encima de los problemas de la mayoría silenciosa y tal como los sinvergüenzas que se cuelan en las burocráticas filas, han puesto sus intereses en primera plana de los medios, como si sus peticiones fueran la opinión mayoritaria, y engañando a la opinión publica diciendo que el país "no va a estar a la altura de los países desarrollados" si no acogen sus peticiones. En pocas palabras, los intereses generales son devorados por intereses particulares.
Así, vemos que nuestros representantes no nos representan como mayoría: ahora buscan legislar en favor del matrimonio homosexual o del aborto, entre otras cosas que en el fondo no ayudan en nada para resolver los grandes problemas de nuestro país.
Honestamente, considero que la prioridad a través de los mecanismos de gobierno y medios de comunicación debería estar enfocado primeramente en buscar consenso para resolver los grandes problemas de la salud y educación marginalidad; y proponer planes y proyectos destinados al bienestar para los ancianos, trabajo seguro con sueldos razonables, impulso a la industria nacional y desarrollo de las actividades económicas secundarias, seguridad ciudadana, vida sana, entre otras materias. Mas somos nosotros, como ciudadanos, somos los que tenemos que luchar insistentemente para que seamos escuchados y nos tomen en cuenta para que nuestras necesidades se vean recompensadas.
Hasta una nueva edición
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